Rubio, después de la edición, y de dormir 8 horitas, todo parece más claro ahora.
Bien, veamos:
Religión y "espiritualidad" son cosas distintas, de acuerdo, y comprendo perfectamente la diferencia entre una y otra. La espiritualidad es muy importante, ya que, sin ella no podríamos conocer al Unicornio Rosa Invisible. La religión también lo es, ya que, sin ella no podríamos difundir el mensaje del Unicornio Rosa Invisible.
No puedes decir que la espiritualidad es una ideología a la que trasciende la propia realidad y quedarte tan ancho. La razón es una facultad humana contrastada, y la espiritualidad no es más que un cuento que se deriva de ella, si existe alguien dispuesto a renunciar a la razón para abrazar a la realidad, ese alguien tiene un lugar, que se llama manicomio.
Sí, Machango, eso que dices está muy bien, y debería ser el auténtico significado de la misa, un grupo de cristianos que se reúne para una celebración, una fiesta, para pasarlo bien, para sentirse más unidos, no para oír cómo los van a condenar y lo perjudicial que es Internet, la masturbación o el comunismo(y sé de lo que hablo porque me he comido muchas misas a lo largo de mi vida.) El problema es que la Iglesia no admite este tipo de celebraciones:
En Coruña, en cierta parroquia cerca de mi casa, se celebraba una misa de dos horazas el domingo por la mañana en la que un sacerdote tocaba la guitarra eléctrica y cantaba unas canciones animadísimas, la iglesia tenía dos pisos y no llegaban los bancos para todos, había muchísima gente de pie, los niños sonreían, correteaban para comulgar o darse la paz, era una celebración muy bonita, pero... un día el sacerdote desapareció, nadie sabe a dónde fue, y fue sustituído por un hombre rígido, serio, que no hacía más que condenarnos a todos al purgatorio o al infierno y aprovechaba los sermones para despotricar contra todo lo que fuera progresismo.
Pero el peor de los casos es de aquí, de Vigo. En una parroquia muy cerca de aquí, se celebraba una misa bastante bonita, todo el mundo participaba, incluso había pan para los celíacos. Esta celebración no debió ser muy compatible con el ideal de la Iglesia, así que al párroco lo echaron (o lo excomulgaron, o no sé qué pasó con él) y trajeron a otro cura conservador. Desde entonces, los fieles se reúnen fuera de la iglesia y siguen celebrando la misa como antes.