Creo que el concepto que se está tratando, que se está balanceando en el aire, quizás hasta sin darnos cuenta, es el de "Desarrollo sostenido". Es normal que en estos hilos haya tantos enganches, malentendidos, etc, ya que hay un claro choque de morales y sentimientos y ésto no hay quien lo salve. Es a lo que me refería cuando comentaba que como en todo, hay defensores y detractores, y que quizás sea la forma que tiene la propia naturaleza de lograr el equilibrio.
Volviendo al tema del desarrollo sostenido, coincido con mi compadre barrimore y con Goodvalley en algunos conceptos. Es decir, coincido con Goodvalley en que el tema de la caza esté bien regulada para conservar el ecosistema, para, desde nuestra posición de animal racional con posibilidad de preveer desequilibrios potenciales en un hábitat por superpoblación de alguna especie, se solucionen a través de ésta. También coincido en que no se trata de ir por la vida prohibiéndolo todo y evitando una dictadura imponiendo otra. Lo que está claro es que se podría llegar a un consenso, conseguir un equilibrio en el que las dos partes dieran su brazo a torcer y se conservara el "espectáculo" (con el cual seguiría sin estar de acuerdo) conservando la vida del animal y sin necesidad de derramar su sangre en ningún momento ni causarle ningún daño.
Por otra parte, y volviendo al tema de la caza, si algún entendido nos diera sus argumentos y nos presentara las leyes que la regulan, seguramente lograría, no convencernos, sino hacernos ver que en cierto modo, a veces sería necesaria para conservar el equilibrio entre varias especies, pero como siempre, y coincidiendo plenamente con Barrimore, el gran cáncer de todo ésto es el hombre, el que le suda la polla hacer daño y matar furtivamente para su disfrute, el que disfruta viendo sangre y ve arte donde hay tortura, el que argumenta que caza por conservar el ecosistema y se dedica a llenar el maletero de su todo terreno de "piezas" para poder seguir cazando sin que le llamen la atención porque haya sobrepasado el límite de la veda, etc.
Ésto sería, más o menos, lo que me parecería sensato, conseguir un equilibrio a partir del respeto con todas y cada una de las especies que nos ACOMPAÑAN, en la vida. Y digo lo que me parecería sensato, no lo que me gustaría, pero creo que sería lo correcto para no entrar en un bucle de conflicto de intereses.
Lo que me gustaría y lo que realmente siento, pues lo puedo argumentar con una experiencia personal con la que quizás algunos me odiéis aún un poco más:
"...Por aquel entonces yo podía contar con unos 13 años, estaba en vacaciones, en el taller de mi padre, situado en la carretera nacional, rodeado de campo y naturaleza. Allí me aburría como una ostra, no me gustaba la mecánica (lo que suele pasar con esa edad, te gustaría hacer cualquier cosa, menos lo que tengas en casa). Comencé a dar vueltas por allí hasta que encontré la escopeta de balines de mi padre que me invitaba a abrir las puertas de la diversión. Pillé la escopeta y comencé a disparar a latas, palos y todo lo que enfocaba por la mira.
Me cansé de disparar a objetos y me decidí a guardar la escopeta para seguir haciendo el paripé por el taller. Entonces, maldita sea mi estampa, se posó una preciosa paloma blanca en el cercado que linda con mi taller. No se lo que se me pasó en aquel momento por la cabeza, pero inmediatamente la encañoné y disparé, con tan mala suerte que el disparo resultó ser certero. La paloma empezó a aletear por el suelo, dando vueltas en círculo. Tuve que saltar la cerca para comprobar la barbaridad que acababa de cometer por pura diversión. Entonces me acerqué a la paloma, el alma se me cayó al suelo al comprobar que lo que hacía unos minutos había sido un animal precioso, LIBRE Y LLENO DE VIDA, ahora era un moribundo, que seguro desearía no haberse topado con un cabrón como yo, cada vez que aleteaba sus plumas teñidas de sangre, parecía que se me clavaba un puñal en el corazón, el aleteo se convirtió en espasmos y los espasmos en leves suspiros. Entonces volví a levantar la escopeta, tembloroso, la volví a encañonar y entre lágrimas apreté el gatillo para terminar lo que había empezado.
Hoy por hoy, todavía no he logrado quitarme esa imagen de la cabeza, ni quiero que se me quite, es algo con lo que tengo que cargar, algo que me recuerda que soy humano y como tal, soy débil y a veces cruel. Esa paloma simboliza todo el mal que puedo llegar a hacer, que tengo la posibilidad de hacerlo, pero el remordimiento y mi conciencia, me dijeron inmediatamente que lo que había hecho estaba mal, iba en contra de mis principios y de mis orígenes, de mi naturaleza humana, la original, también me sirve esta experiencia para recordarme quién y qué soy y para qué estoy aquí realmente.
Es por ésto, por lo que nunca podré entender a quien mata por placer y disfruta de la tortura de un ser vivo.