Cutre-review
He vuelto a escuchar, con calma, el "Lost, not forgotten". No sé ni por dónde empezar... ¡Ah, sí, la batería! Bien, pues es correctísima, cómo no va a serlo. El Yes Man dice "yes" a todo lo que le dicen y cumple estrictamente con el guión. Cómo no va a cumplir, si es uno de los mejores bateristas del planeta.
Ya os lo dije anteriormente, Yes Man-gini es la rehostia, su problema es que no tiene nada que decirle al mundo, o al menos no hasta ahora. Se pasa todo el disco cumpliendo, nada más. No hay originalidad, no hay carácter, no hay ideas, no hay nada de nada. Es más no hay NI UNA SOLA COSA baterísticamente hablando que destaque, en esta canción o en el disco entero. No hay ni una sola canción de la que acordarse. Hay canciones que podrán gustar más o podrán gustar menos, pero aquí no hay nada para la historia. Mike dio cientos de momentos e ideas para el recuerdo, aunque no fueran suyas o fueran una mierda de ideas. Todo el mundo las recuerda y espera oírlas en cada concierto de DT, o cada vez que oyen el disco. Se acuerdan, ya viene, ya viene... hasta que llega Mike con su cutre-gracia y sabes que es él. El Yes Man toca muy bien, joder, menudo logro...
Así pues, la canción: tal como lo veo, si esta canción no fuera de Dream Theater, nadie la escucharía, así de simple. Lo único que tiene: la enésima exhibición pajillera de John Petrucci. El resto, nada de nada. Un cutre-riff metalero baratísimo que parece salido de un grupo jebi de tercera a finales de los '80, una letra ridícula que podrían firmar los tontainas de Manowar -¿no tenemos algo mejor de que hablar que tópicos sacados de "Conan"?-, un problema grave que consiste en poner una letra very-macho y hacérsela cantar a LaBrie, un gran cantante que tiene la voz más afeminada que Rocío Dúrcal y sobre todo, sobre todo, lo imperdonable en cualquier canción de Dream Theater: ni una sola cosa de la que acordarse. Aburrimiento, ésa es la palabra que me ha estado viniendo a la cabeza a partir de los dos minutos.
Para el que me diga que por qué no comento las sorprendentes partes progresivas de la canción: muy sencillo, porque de "sorprendentes" no tienen nada. Cumplen el expediente, ahí no hay nada. Y el Yes Man las desaprovecha tocando sobre ellas unos golpes por los cuales le tendría que cambiar el mote y llamarle Mike el Funcionario, así de apasionado me parece su trabajo.
Ahora que venga alguien y me diga que estoy muy equivocado, que la canción es fabulosa, que montones de fans la pedirán en los conciertos y que hay tantas y tantas partes que recordaremos de aquí a diez años... Ah, se me olvidaba, vaya mierda de estribillo, parece sacado del peor disco de Angra, un grupo que en el pasado podía al menos presumir de tener un baterista que transformaba unas canciones mierdosas a más no poder en maravillas musicales y creativas sólo con sus baquetas y su arte. Igualito que Mangini el Funcionario.
He vuelto a escuchar, con calma, el "Lost, not forgotten". No sé ni por dónde empezar... ¡Ah, sí, la batería! Bien, pues es correctísima, cómo no va a serlo. El Yes Man dice "yes" a todo lo que le dicen y cumple estrictamente con el guión. Cómo no va a cumplir, si es uno de los mejores bateristas del planeta.
Ya os lo dije anteriormente, Yes Man-gini es la rehostia, su problema es que no tiene nada que decirle al mundo, o al menos no hasta ahora. Se pasa todo el disco cumpliendo, nada más. No hay originalidad, no hay carácter, no hay ideas, no hay nada de nada. Es más no hay NI UNA SOLA COSA baterísticamente hablando que destaque, en esta canción o en el disco entero. No hay ni una sola canción de la que acordarse. Hay canciones que podrán gustar más o podrán gustar menos, pero aquí no hay nada para la historia. Mike dio cientos de momentos e ideas para el recuerdo, aunque no fueran suyas o fueran una mierda de ideas. Todo el mundo las recuerda y espera oírlas en cada concierto de DT, o cada vez que oyen el disco. Se acuerdan, ya viene, ya viene... hasta que llega Mike con su cutre-gracia y sabes que es él. El Yes Man toca muy bien, joder, menudo logro...
Así pues, la canción: tal como lo veo, si esta canción no fuera de Dream Theater, nadie la escucharía, así de simple. Lo único que tiene: la enésima exhibición pajillera de John Petrucci. El resto, nada de nada. Un cutre-riff metalero baratísimo que parece salido de un grupo jebi de tercera a finales de los '80, una letra ridícula que podrían firmar los tontainas de Manowar -¿no tenemos algo mejor de que hablar que tópicos sacados de "Conan"?-, un problema grave que consiste en poner una letra very-macho y hacérsela cantar a LaBrie, un gran cantante que tiene la voz más afeminada que Rocío Dúrcal y sobre todo, sobre todo, lo imperdonable en cualquier canción de Dream Theater: ni una sola cosa de la que acordarse. Aburrimiento, ésa es la palabra que me ha estado viniendo a la cabeza a partir de los dos minutos.
Para el que me diga que por qué no comento las sorprendentes partes progresivas de la canción: muy sencillo, porque de "sorprendentes" no tienen nada. Cumplen el expediente, ahí no hay nada. Y el Yes Man las desaprovecha tocando sobre ellas unos golpes por los cuales le tendría que cambiar el mote y llamarle Mike el Funcionario, así de apasionado me parece su trabajo.
Ahora que venga alguien y me diga que estoy muy equivocado, que la canción es fabulosa, que montones de fans la pedirán en los conciertos y que hay tantas y tantas partes que recordaremos de aquí a diez años... Ah, se me olvidaba, vaya mierda de estribillo, parece sacado del peor disco de Angra, un grupo que en el pasado podía al menos presumir de tener un baterista que transformaba unas canciones mierdosas a más no poder en maravillas musicales y creativas sólo con sus baquetas y su arte. Igualito que Mangini el Funcionario.