A mí los últimos discos me aburrían sobremanera (digamos
Octavarium,
Systematic chaos y
Black clouds & silver linings, aunque ya en
Train of thought, o incluso en algunas partes de
Six degrees of inner turbulence, empiezo a ver un bajón creativo importante). Me daba cierta pena, porque como grupo siempre he pensado que podían dar mucho más de sí.
Creo que desde que entra Rudess y empiezan a autoproducirse, dejan de lado su vertiente más creativa y entran en un bucle de repetición y adocenamiento. Las canciones, para mi gusto, son cada vez más aburridas e intercambiables, y en lugar de arriesgar y buscar nuevas sonoridades, todo suena lineal y monótono. Este último disco, en cambio, me ha sorprendido gratamente: encuentro varios momentos interesantes, e incluso una canción que me encanta y consigue emocionarme (
Bridges in the sky).
Ciñéndonos al tema, y a pesar de no entusiasmarme ninguno de los dos, creo que
Mangini es mucho mejor baterista que
Portnoy, aunque en el disco no lo demuestre demasiado. Si se lo permiten, y si el grupo vuelve a centrarse más en las composiciones y en obtener un buen sonido, y menos en la pirotecnia inane, creo que en el futuro podrá demostrar todas sus virtudes.
Eso sí, tras verlos en directo en Barcelona, puedo decir que no hay comparación posible con
Portnoy: aun siendo esta su primera gira con DT,
Mangini aportaba una solidez y una contundencia enormes al conjunto. Y eso por no hablar de las barbaridades que tocó, y la soltura con la que lo hacía.
Por otro lado salgo en defensa de
LaBrie. Si bien siempre me han dado bastante tirria su timbre de voz y su forma de cantar (excepto en los primeros discos), he de decir que en este último directo me pareció increíble: clavándolo todo, suelto, enérgico, afinado y potente. En disco quizás me seguirá aburriendo, pero hay que verlo en vivo para ver cómo ha mejorado.
Pos eso. Perdón por el tocho