Bueno, anda que somos pocos los que estamos en un "sin vivir" con el temita... Y luego voy por ahí como si Mike y the Chanclettes no me importaran un bledo. En fin...
Bueno, el segundo capítulo del culebron "Los heavies también lloran"...
Derek Roddy: pobrecito, ahora sí que veo claro cuál es su problema: se ha pasado media vida haciendo blast beats y doble pedal, y claro, no sabe hacer otra cosa. Su penosa exhibición presuntamente creativa en el Modern Drummer Festival de 2008 ya presagiaba que ése no era el camino. No, no es que no me gustara a mí, es que su actuación fue una mierda. En cambio, su discurso estuvo muy bien. Derek es probablemente un gran tipo y un mega-currante, no me entendáis mal, pero no pertenece a la realeza del mundo baterístico, así de simple. Es un muy buen batería y muy rápido, pero sólo sabe hacer bien un par de cosas muy concretas, y eso me lleva a su gran problema: que hay gente más rápida que él. Thomas Lang hace blastbeats más rápidos y de todos los tipos, y podríamos nombrar en cinco minutos por lo menos a 10 bateristas más rápidos y con más repertorio en los pies. El pobre Derek tiene todavía un punto de garrulismo que le hace entrañable y honesto, pero que lo coloca en un lugar varios pisos por debajo de otros nombres ilustres.
Sobre su prueba, pues ya lo habéis dicho: prrrrrrrrraaaaaaaa, nada más.
Thomas Lang: bueno, ya me conocéis, con éste no puedo ser del todo objetivo, pero lo intentaré. En el vídeo, James LaBrie dice que está encantado con la forma de tocar, todos están de acuerdo en que Lang hace una interpretación de las baterías de DT. De hecho, podemos ver un poquito de lo que hace. Y aquí es donde podemos ver otro problema, pero esta vez el problema no es del baterista que están probando, sino de DT.
Si Thomas Cabeza Cuadrada se hubiera dedicado a hacer marcianadas -como haría Donati luego-, yo cerraría la boca, pero es que todos podemos ver que su "interpretación" de la obra de Mike la Foca capta perfectamente el espíritu original de esas baterías, no las cambia sino que las actualiza a sus capacidades -infinitamente superiores-, y sobre todo, sobre todo, siguen teniendo ese beat, ese groove que hace mover la cabeza. Ahí está el problema de Petrucci, Myung y compañía: si por algo se caracterizó Portnoy, pese a sus conocidas limitaciones técnicas, era por ofrecer creatividad y sorpresa, golpes inverosímiles pero dentro del pulso de la canción, detalles de sobrado pero "dentro" del alma de las canciones, sin salir de unos límites que impidieran que el oyente "bailara". Nuestro Austríaco de Oro cumple a la perfección con su papel, y DT se equivocan al no verlo.
Sobre su prueba, pues vosotros mismos, tenéis dos ojos y dos orejas igual que yo. Otra cosa es que no parecen saber con quién están tratando exactamente, el hecho de que no pase a la primera la prueba de los compases raritos no indica nada, y menos en alguien que precisamente es un especialista en la materia, y que les da 20 patadas a todos ellos, excepto a Rudess, que es como Gandalf pero calvo. Y, aparte, decidme que Lang no montaría un espectáculo digno de un circo de tres pistas en cualquier concierto...
Virgil Donati: qué más quisiera yo que repetir el discurso que he escrito sobre Lang refiriéndome también a Donati. Pero el primo Virgil no puede aguantarse, no puede evitar creer que la idea es transformar a Dream Theater en la Embajada de los Cylons en la Tierra. Lee el ipad que le ofrece Rudess, y ya está calculando cuántos desplazamientos de caja va a poder realizar para que parezca cualquier cosa menos algo que haga mover la cabeza. No os engañéis, un grupo que vende una media de 1 millón de ejemplares de cada disco no se puede permitir eso, y menos en estos tiempos.
Es muy cachondo cuando insiste en repetir una y otra vez una parte, luego de la prueba todo el grupo se cachondea porque Donati decía tener "algo" que coincidía "armónicamente" con lo que hacía Rudess. Por cierto, volved a ver el vídeo de su prueba. Yo sostengo que va adelantado todo el rato respecto a los demás, cosa que ninguno de los demás hace. Virgil, querido, bájate del platillo y ves al logopeda, que al menos podamos entender lo que dices...
Marco Minnemann: después de su prueba, Myung lo tiene claro: va a ser Mangini o Minnemann, y los demás asienten. La verdad es que Marco lo borda, pero tiene dos problemas: uno, que está loco, y dos, que da miedo. Todo el grupo disfruta de su cara de felicidad (no le conocen, es su rictus facial cuando está haciendo algo difícil, lo hace siempre), y están encantados con su interpretación de la parte improvisada, dicen que es increible cómo pilla a la primera los compases complejos.
Sí sí, no dudo que es más cómodo estar sentado junto a alguien que parece un pequeño ser humano como Minnemann que al lado de un marciano como Donati o un robot como Lang, pero sospecho que a la hora de la creatividad, los que conocemos el trabajo de Minnemann sabemos que hará cualquier cosa menos algo que se pueda tararear en el autobús con el ipod en las orejas.