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Barrimore dijo:Joder, pestuzo, qué mal rato debió pasar tu madre! y la cara de la viuda tuvo que ser de postal...
yo tengo otra de pedos:
hace muuuucho tiempo (yo debía tener unos 17 años) yo curraba en un almacén cutre y me pasaba el dia empaquetando cuentos infantiles en una mesa, de esas que son un tablon inmenso montado encima de dos caballetes, colocada de cara a una pared, por lo que me aburría lo indecible.
Un dia, después de endiñarme un peta en el labavo y en el colmo del aburrimiento, despejé la mesa y procedí a tumbarme en ella y levantar las patas para hacer un buen "lanzallamas" con mi mechero y el mega pedo que estaba a punto de soltar.
Cuando estaba absolutamente concentrado en la tarea, con el mechero ya encarado en el lugar oportuno y los ruidos de mis tripas avisando de que el momento llegaba, oí una voz que venia de detras de la mampara que separaba la mesa del resto del almacen: "oye! que hay que llevar...."
Me giré en dirección a la voz y allí estaba la cara del encargado asomando por detras de la mampara con una expresión de incredulidad extrema.
El encargado era un señor de Lleida, de más de 60 años, de los de antes de la guerra, con bastantes malas pulgas y un sentido de la autoridad muy acusado. O sea, un viejo cabrón y cascarrabias.
Se hizo el silencio y nos quedamos mirando unas décimas de segundo.
Justo cuando yo empezaba a esbozar una sonrisa histérico-bobalicona, estalló el "lanzallamas" en todo su esplendor con efecto acústico incluido.
Durante unos segundos no fui capaz de reaccionar (ni él tampoco).
Entonces entró en juego el petardo que me habia fumao antes, y me dió un ataque de risa imparable.
El encargao se marchó sin decir ni mú meneando la cabeza e imagino que pensando en qué era lo que le estaba pasando al mundo y que igual ya le tocaba jubilarse...
jajajajajajaja1!! que grande tio!!