En este caso uno sí es mejor músico que el otro, porque lo que yo vi en La Riviera fue un conciertazo con todas las letras pero no gracias a Mike Portnoy. Mira que yo me sigo flipando con los discos de DT y que he estado escuchando los de Transatlantic últimamente y me encanta lo que toca ahí el tío por la mayor parte... pero es que lo del jueves fue de vergüenza ajena. El problema es que la gente se flipa con los fuegos artificiales y los trucos de trilero barato, como los trullos a saco por los toms, los splashitos, las vueltecitas tontas a las baquetas, tirar baquetas al público como si les estuvieras haciendo un favor, hacer lluvia de astillas de hot rods a cada platazo, escupir como un camello, cambiarte de ropa 3 o 4 veces, tirarte al público, etc. Se flipa y claro, soy el único que, desde la mesa, ve que el tío entra totalmente acelerado en todas las partes lentas (mira que joderme vilmente We All Need Some Light...), que trata al pipa como si fuera su esbirro tirándole baquetazos porque no se entera de que un micro raja, que no le cabe el ego por la puerta pegándoselas de "director" y luego se equivoca de sección en un tema que tiene ya 10 añazos y que habrá tocado vete a saber cuántas veces ya, cruzando a toda la banda. Mención aparte a cómo tiene las luces de corregir a un Daniel Gildenlow absolutamente perfecto durante todo el concierto en una parte en la que había entrado perfectamente y Neal Morse entró cruzado. Y del sonido mejor ni hablamos porque los toms sonaban a cartón (y esta vez no soy el único que puso cara de asombro cuando le dio a los bases) y, cuando la caja suena exactamente igual con baquetas que con rods, algo raro pasa.
De la técnica, repetir el mismo redoble 2 millones de veces a lo largo del concierto, los arazos y demás lindezas es que ni voy a perder el tiempo en hablar porque las conocemos todos.
No soy el único que esta vez le ha visto pasado de rosca, fuera de lugar y en general francamente mal.
En otro orden de cosas, Neal Morse cantó de bien como en su puta vida, Trewavas y Stolt correctos y Daniel Gildenlow se merendó el show de cabo a rabo, tocando la percusión, los teclados, la guitarra (comiéndose las partes más jodidas como el final de The Whirlwind mientras Stolt hacía acordes), unos coros espectaculares y todo ello diría sin despeinarse si no fuera porque lo dio todo, echándole más actitud y huevos que los otros 4 juntos.