La diferencia entre la aceptación social de la medicina 'institucionalizada' y la medicina 'alternativa' creo que se debe a tres aspectos:
1. La medicina institucional que conocemos hace un seguimineto estadístico, completo y continuo, de todos y cada uno de los casos que atiende a todos y cada uno de los miembros de la población, desde las enfermedades más leves (por ejemplo: porcentaje de abueletes que se constipan cada invierno) hasta el último estado del cuerpo, como son las autopsias.
Que yo sepa, la medicina 'alternativa' no cuenta con esa inmensa base de datos, examinable y auditable por todas las entidades sanitarias del mundo. Por eso aún nos posicionamos a favor o en contra en función exclusivamente de nuestra experiencia personal y la de nuestro entorno inmediato. E intuyo que Chemaco me va a rebatir esta última frase.
2. Los médicos y terapeutas 'alternativos' no se someten a dictamen. Precisamente la falta de un historial documentado y custodiado de cada paciente hace que sea muy difícil 'denunciarlos por negligencia', cosa muy fácil en el caso de los médicos 'convencionales'.
3. El conocimiento médico oficial actual no incorpora nuevas terpias o medicamentos si antes no han sido experimentados, contrastados y aceptados por toda la comunidad médica. Este proceso puede durar del orden de unos 20 años hasta que una enfermedad se reconozca como tal (causa, síntomas, efectos) y se acepte un tratamiento efectivo. En cambio, las terapias alternativas irrumpen de repente en las sociedades acomodadas sobre todo debido a la fácil difusión, sin que la población haya tenido tiempo de asimilar su entrada y comprender su efectividad cuando la tienen o su estafa cuando no funcionan. Por eso creo que este debate durará unos 10 años o más, hasta que los Organismos oficiales acepten ciertas terapias alternativas y regulen su actividad.