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SIGUI dijo:Los dos son una caña pero claro, cuando mueres en pleno auge como Bonham te conviertes automaticamente en una estrella en vez de ir poco a poco bajando el ritmo por la edad
SIGUI dijo:Los dos son una caña pero claro, cuando mueres en pleno auge como Bonham te conviertes automaticamente en una estrella en vez de ir poco a poco bajando el ritmo por la edad
funkadikto dijo:Este post debería estar vetado por la comunidad de bateristas...
¿Cómo que boham o paice? Eso no se pregunta ome.
Desde un punto de vista frío y objetivo, Ramondrummer se equivoca. Y yo me voy a equivocar con él: Bonzo de calle. Él lo cambió todo, la batería nunca volvió a ser lo mismo. Yo también me pongo en estado de trance cuando lo oigo.Para mi Bonham en la bateria es lo que Hendrix es para los guitarristas.
Goodvalley dijo:La primera vez que escuché a Deep Purple me quedé petrificado: nada menos que el "Made in Japan", y todos sabemos de sobra lo que Paice dejó ahí: "The Mule". Para el nene de 14 años que era yo eso fue como ver a la Virgen María. Hay que añadir también que era otra época -los benditos 80-, sin Langs ni Donatis, y los Chambers, Colaiutas y Cobhams de este mundo eran desconocidísimos para los jóvenes del minúsculo planeta español del post-franquismo. Sólo les conocían una selecta minoría de jazzeros, gente que esacaseaba mucho. Todos creíamos que el colmo de la técnica eran Nicko Mc Brain, Tommy Alridge, Carmine Appice...
La primera vez que escuché a Led Zeppelin no podía creerlo: eso no era la Virgen, eso era Dios. Tengo un amigo de hace muchos años con el que mantenemos gustos musicales muy diferentes. El es muy popero y está interesadísimo en lo que hacen esos grupillos ingleses que en vez de sangre tienen horchata y que tocan 45 minutos con cara de asco permanente y luego se van perdonando la vida a su mierdosa audiencia. A la vez, es fan de todos los grupos de Rock clásico, y siendo guitarrista tiene a Hendrix en un pedestal. Ambos coincidimos en una cosa que está fuera de toda duda: tendremos nuestros grupos favoritos y todo lo que queráis, pero si alguien elevó la música Rock a cotas inalcanzables y dejó un legado del cual son herencia todas las generaciones posteriores, esos son Led Zeppelin. Y tal vez Pink Floyd. Al igual que antes que ellos estuvieron Elvis, The Beatles y The Rolling Stones. Lo demás va debajo.
Casualmente, hoy he estado en la sección musical de una enorme librería de Barcelona, y he estado hojeando un libro que desconocía que estuviera traducido y publicado aquí: la biografía de John Henry Bonham. La verdad es que me he leído unos cuantos pasajes, he estado como 40 minutos con el libro en las manos. No puedo estar de acuerdo con que si Paice hubiera fallecido, las tornas habrían cambiado. Bonham era especial. En todo. Zeppelin eran especiales, en todo. Deep Purple pueden gustarte muchísimo, pero el Zepelín voló más alto que nadie. Tan sólo hace falta repasar su historia, parece una jodida leyenda. Todo en ellos era masivo, descomunal, inolvidable y mayúsculo. Lo bueno y lo malo. Y sí, probablemente Bonham no era tan bueno, pero era especial, lo suyo era otra cosa. A nadie se le hubieran ocurrido determinadas cosas que puso en las canciones, y no es un problema de dificultad técnica.
Una anécdota cachonda sucedió en un concierto de Purple, con un Bonham borrachísimo en el backstage viendo a sus amigos y, en cierta forma, rivales. Nuestro querido Bonzo, completamente out of control salió en un momento dado al escenario yendo de lado a lado, se acercó a Ian Gillian y le arrancó el micrófono de las manos, para anunciar al mundo, entre balbuceos y a grito pelado, que "yo soy el bateria de Led Zeppelin, la jodida mejor banda del mundo, y debo anunciaros que acabamos de grabar nuestro jodido mejor disco, sale a la venta el... la semana que... o eso!!!" Acto seguido, le devolvió el micro a un desconcertado Gillian y se marchó muy digno por donde había venido, probablemente con la intención de volver a meter su Rolls Royce en la piscina de su mansión o a prepararse esa bebida especial suya cuyos ingredientes son todos los licores que hay tras la barra de un bar.
Al lado del educadísimo, reposado y tranquilo Ian Paice, John Bonham era el puto huracán Katrina, y tenía prohibido acercarse a la batería del escenario de algunos clubes londinenses, porque tocaba "demasiado alto".
Desde un punto de vista frío y objetivo, Ramondrummer se equivoca. Y yo me voy a equivocar con él: Bonzo de calle. Él lo cambió todo, la batería nunca volvió a ser lo mismo. Yo también me pongo en estado de trance cuando lo oigo.