Ayer por la tarde en Madrid ví una lección de educación que me dejó impresionado. Os cuento.
Había quedado con un amigo bajista (si, ya lo sé, pero todos tenemos algún amigo del que avergonzarnos ¿no? jejejeje) y habíamos tomado un par de cervezas y vamos a cruzar una calle.
Había bastante tráfico (es Madrid, que os voy a contar) y está el típico cruce en el que unos y otros van metiendose y "respetando poco" el semáforo rojo por lo que los cruces se atascan.
Un tipo joven con un Seat Ibiza se mete un poco mas de la cuenta y le cierra el paso a un Renault Laguna.
El conductor del Laguna, de unos cuarenta y muchos, escuchimizado con gafas y medio calvito baja la ventanilla y le dice al otro a gritos "¿Es que no ves el semáforo gilipollas!?"
El joven del Ibiza le hace un gesto pidiendole disculpas con la mano con buenas maneras.
El del Laguna sigue increpando e insultandole y el del Ibiza le ignora.
Mi colega y yo nos quedamos mirando porque el calvito está hecho una furia hasta el punto de que otros conductores le dicen que ya vale, que no ha sido para tanto.
El tráfico avanza otro poco y el tío sigue insultando al chaval del Ibiza.
Este baja la ventanilla y le dice de buenas maneras ""Ya le he dicho que lo siento, que no me he dado cuenta de que tenía el semáforo cerrado"
En estas, el calvito gafotas se baja del coche y se acerca al Ibiza y le da un golpe con el puño al portón trasero llamando al conductor "hijo de puta"
En esto, como se veía venir, el chaval del Ibiza se baja con cara de decir "Te voy a meter un puñetazo que te van a tener que operar para sacarte el brazo".
La escena es: un tio de unos 48 tacos, bajito, escuchimizado, calvo y con gafitas y enfrente un chaval de unos 28 o 30 de 1,90 mas o menos, con unas espaldas con mas gimnasio que los bíceps de Stallone.
El bajito se calla de repente acojonado al ver al mamut que ha salido del coche y que le agarra de la solapa del traje con intención de calzarle un guantazo a mano abierta.
Y en ese momento, a la vez, se oye la voz de un niño que grita ¡Papá! y vemos como del Laguna se baja una señora con cara de preocupación a punto de echarse a llorar.
El chaval joven, se para en seco, con la solapa del otro aún agarrada, y mira hacia el Laguna y se da cuenta de que con el canijo viajaban su mujer y dos críos de unos 10 años.
Entonces el joven le suelta de inmediato y le dice con toda la calma del mundo "Lo siento" y luego añade "Debería usted controlar su temperamento cuando viaje con su familia" y acto seguido se metió en el coche, esperó a que aquello se desatascase un poco y tiró millas.
Algunos conductores que se habían bajado con ánimo de apaciguar el tema y mi colega y yo nos quedamos impresionados de la educación y el temple que demostró aquel tío.
En un momento el chaval pensó que pegar a aquel estúpido dselante de sus hijos y de su mujer era demasiado duro, no para el canijo, pero si para sus familia, que no tenía nada que ver en el asunto.
Sinceramente, aquel chaval tiene mi más absoluta admiración.
¡Chapeau!
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