Hombre, un hilo sobre profes y alumnos! De eso sé algo! Pues qué queréis que os diga, aún me quedan otros tres años de ser alumno (la I.T. de Informática de Sistemas). En 21 años que tengo, he conocido de todo: desde una profesora de primaria que se jalaba un paquete se Fortuna durante las clases, hasta un carroza en 5º de primaria que tumbó a más de un alumno de una hostia (sin consecuencias para él), de las que yo me libré; y también he tenido verdaderos amigos entre los profesores. Desde Peláez, que me enseñó dibujo en ESO y con el que compartí mi afición por la astronomía, pasando por Juan Antonio, que daba educación física y tecnología, y que me ayudó a salir vivo de la ESO (único friki del instituto, os imagináis?), Antonio Ángel, que me enseñó un huevo sobre histología, genética y técnicas de laboratorio en su clase de biología, en 4º de ESO (era un pro, el tío). Y en el bachillerato, Ignacio, el profesor de filosofía más colgado y buena gente del planeta; era House en versión filósofo, y creo que yo era el único alumno que atendía en sus clases. Antonio, de Fisica, que me aguantó durante mis tres intentonas de 2º de Bach, al final dábamos las clases a medias entre los dos; Manolo, de Historia, un abuelete tan estricto en los exámenes como buen educador y mejor persona. Maribel, de Química, la abuelita de los alumnos, paciente y comprensiva a más no poder. Y no sigo, porque la lista sería demasiado larga. Baste con decir que esta última y algún otro profesor nos invitaban el último dia del trimestre a desayunar a cada clase, y nos poníamos moraos de churros, para luego irnos de calijuerga (juerga de calimotxo con barbacoa) a la dehesa.
Y todos estos eran profesores con un nivel excelente, y que si no nos exigían más era porque el nivel de los alumnos no lo permitía. Una lástima que profesores así no puedan dar las clases como les gustaría por la asquerosidad de sistema educativo que tenemos. Veremos cómo me va en el politécnico de la Rábida...
Ah, y se me olvidaba el crack definitivo: Laureano, de e.f. del bachillerato, que nos ponía música de The Doors y similares para hacer ejercicio, y que incluso un día, a petición mía, dio una clase a ritmo de Rammstein.
Hala, vaya losa que he soltao...jiji