Pues si os interesa "Hotel Rwanda", visionad "Diamante de sangre", con Leonardo di Caprio en su primer papel decente en una película, y la guapísima Jenniffer Conelly. Sierra Leona, diamantes y niños-soldado, podéis imaginaros el resultado. Muy muy buena, pero sales de verla tanto a más asqueado que de "Hotel Rwanda".
En la misma línea, "Lágrimas del sol", con Bruce Willis haciendo el único papel que sabe hacer. Un comando de élite debe rescatar a una doctora (la inigualable Monica Bellucci, guapa hasta cuando va sucia y despeinada) en una zona de guerra de Nigeria donde se cometen atrocidades. Abandonan a la población a su suerte, pero cuando sobrevuelan el poblado de vuelta ven que los han masacrado. El amigo Bruce decide ordenar que den la vuelta, van a acompañar a los supervivientes a pie, ya está harto de las indecencias de la guerra. Impresionante las barbaridades que las tribus cometen las unas contra las otras. Y una película donde la violencia de los héroes no es gratuita, y en donde no quedan impunes.
Por cierto, a los que vean "Diamante de sangre", que sepan que aunque no pueden permitirse en la película dar nombres reales, el nombre de la empresa joyera apunta directamente a la multinacional DeBeers, nombre oscuro como pocos hay en el mundo, gente con las manos manchadas de sangre africana durante décadas, cerdos vestidos con pulcros trajes de tweed y cínicos vendedores de falsas ilusiones románticas en forma de anillos y collares, que controlan el mercado y sus precios, la producción y la escasez.
Ahora bien, dan mucho que pensar las cínicas respuestas del personaje de diCaprio a la periodista encarnada por Conelly, aquí todos tenemos nuestra pequeña porción de culpa.
Por suerte, en Sierra Leona ya no hay guerra, y el país se está reconstruyendo en parte gracias a las exportaciones -legales- de diamantes.