Va a parecer que estoy de broma, pero creo sinceramente que, si un bataca y un bajista van a formar sociedad creativa, deben hacer varias cosas que, curiosamente, se parecen un poco a un noviazgo o, por lo menos, a cuando te ponen en el curro con el que va a ser tu compañero: te guste o no, sus virtudes y sus defectos van en el mismo pack, al igual que los tuyos para él.
Así que yo creo que, aunque hay que empezar siguiendo el manual, también hay que buscar la química. La música tiene algunas similitudes con el sexo, y ésa es una de ellas: hay que tener química o, por lo menos, buscarla, acoplarse el uno al otro (joder, qué mal suena esto, eh??).
Pues esperad, que esto va a sonar peor: soy muy partidario de que el baterista y el bajista hagan de cuando en cuando mini-sesiones a solas (por ejemplo, algún día antes de que venga el resto del grupo).
Hay un punto en el que hay que empezar a prescindir de los puntos tradicionales de apoyo: la obsesión por el bombo y todo eso... Yo creo que ambos tienen que jamear como si sus instrumentos mantuvieran "conversaciones". Una jam de todo el grupo con bajista y batería olvidándose de los guitarrazos y emprendiendo diálogos instrumentales es algo bastante espectacular y que da un juego increíble...
¿Qué le pido yo a un bajista? Química, por supuesto...