"Thriller", de Michael jackson, lo quemé de tanto ponerlo
"Seven and the ragged tiger", de Duran Duran, de quienes tengo y tendré siempre un gran recuerdo
"Powerslave", de Iron Maiden, y mi vida jamás volvió a ser igual, muchos sabéis la sensación que un nuevo fan del Metal siente cuando escucha sus primeros discos del género: es como si volvieras a descubrir la música, lo de antes ya no vale, y lo mejor es que se te abre un nuevo universo de ¡portadas! ¡canciones! ¡poses! ¡pelos largos! ¡conciertos gloriosos! ¡letras de la hostia!
Dejad que os cuente cómo fue: yo era un niñato bastante enclenque que les tenía terror a los heavies y a su música: ya sabéis, eso son gritos y ruido, y tal... Un buen día de 1.983, corrió un rumor, los tales Iron Maiden se habían estrellado con su avión y sólo el batería habia sobrevivido, y había que amputarle un brazo. Según el bulo, el hombre no daba su autorización, decía que si le quitaban un brazo se mataría.
Así que todos los heavies garrulos de mi ciudad estaban autenticamente deprimidos, pero hasta un punto que no os podéis imaginar... La verdad es que daban bastante pena. De forma que me emocioné bastante porque desde mi punto de vista de niño ignorante, vi que esos seres terribles que llevaban muñequeras de clavos y cinturones de balas (¡¡estamos en 1.983, cada concierto acaba en disturbios y cargas de policía!!) tenían su corazoncito. Sin darle más importancia me fui a mi casa...
Y en esa época con dos canales de televisión estatal (VHF y UHF) tenían la bonita costumbre de ofrecer entre programa y programa algo llamado "Minutos musicales", auténticos bodrios de Julio Iglesias y Pablo Abraira. Pero el Metal se extiende por los lugares más insospechados, y algún heavy oculto entre los programadores de la TVE post-franquista decidió colar el vídeo de "The trooper", y yo, con un bocadillo de Nocilla en mis manos y una lata de Mirinda, me quedé alucinado con el homenaje. Tanto que decidí aparcar mis fobias y prejuicios, y de pronto algo hizo click en mi cabeza. Eso y las pelis de Traci Lords me hicieron un hombre de golpe.
Ni qué decir que al día siguiente, literalmente, asalté al grupo de heavies de mi colegio y les exigí que me prestaran algo de Maiden, de Judas, de Dio, de Kiss, de Ozzy... todo a la vez, y así de empanado he quedado para el resto de mi vida....