Bueno, ya estoy cansada de callarme. Voy a daros una información importante que escuché en la taberna entre dos encapuchados. Estos encapuchados hablaban como si no les estuviera escuchando nadie, porque como estaban todos los aldeanos borrachos, el Morao estaba bailando encima de una mesa con la barriga fuera cual Homer, y todos bebiendo hidrogroove... Yo, como estoy amamantando, bebía hidrogroove sin alcohol, y seguramente estos no groovers (porque eso es lo que eran) pensaron que yo estaba tan borracha como el resto de aldeanos que había por allí. Me hice la despistada y me eché sobre la barra para que creyeran que estaba durmiendo la mona, y esto es lo que escuché:
Encapuchao 1: Pues sí, el alcalde ha dicho que va a regalar minikits para todos, pero ya sabes que se ha pulido todo el dinero del ayuntamiento en váteres y en mujeres malas que fuman y cruzan las piernas.
Encapuchao 2: ¿Y entonces qué propones para que se regalen esos minikits? Porque yo no creo que la gente se conforme tan fácilmente. Y si le decimos a Kmargo que no cague y que no vaya con mujeres no nos va a hacer caso.
E 1: Pues muy fácil, he sustraído unas cuantas baterías completas, y de ésas hacemos minikits. Forramos los toms y cajas con vinilos, y así nadie se da cuenta.
E 2: ¡Qué guay! ¿Y puede ser vinilo con purpurina?
E 1: ¡Hombre, pues claro! ¡Eso es lo que había pensado! Unos con purpurina, otros con peluche, incluso con forro polar se puede.
En ese punto me dieron ganas de vomitar y me fui de allí, ¡vinilos con peluche! Me sentí en la obligación de contarle al alcalde lo que estaban tramando estos tipos, que seguramente serían subordinados suyos, pero me dio palo que no me creyera, como con lo que me pasó el otro día, que tampoco me creyó.
De modo que mi batería deben tenerla ellos. Kmargo, búscala, y si no hay dinero para los minikits, no haberlos prometido, la aldea puede prescindir del lupanar, pero no de nuestras baterías.