Suele haber noticias cuya mejor forma de definirlas es con la manida frase 'increíble, pero cierto': sin embargo, en ocasiones, suceden cosas que dejan obsoleto y sin apenas sentido al dicho. Pocas veces, la escena ha quedado tan sobrecogida e impactada por un escalofriante hecho que sin duda pasará a la historia: el afamado guitarrista Dimebag Darrell moría asesinado por un enajenado mental en el transcurso de un concierto de Damageplan.
Al parecer, la banda acababa de empezar su concierto cuando, de repente, el personaje en cuestión (ex-marine, para más inri) subió armado al escenario por un lateral. Acto seguido, tras gritarle "Tu rompiste a Pantera!", dispara a Dimebag en repetidas ocasiones, para finalmente vaciar el cargador de su arma contra el resto de la banda y el público.
Dimebag Darrell fallecía en el acto, así como otras tres personas que se encontraban entre la muchedumbre asustadiza que presenció los hechos. El propio asesino, Nathan Gale, de 25 años, moriría abatido por los disparos de la policía, llevándose consigo el secreto a la tumba.
Nadie, nadie en absoluto ha terminado de asumir y aceptar que el 'Cowboy del Infierno' ya no está entre nosotros. Su extravagante perilla roja, su pintoresca Washburn, o sus queridas banderas sureñas son ya una estampa clásica de la década de los 90, perfectamente asumida en el subconsciente de cultura metálica actual. Nadie se hace a la idea de que no volveremos a ver sobre un escenario a este malogrado genio, destripando sus característicos riffs a un lado del escenario, al tiempo que movía su esqueleto de forma felina. Pero Dimebag fue algo más que un icono estético, que una simple imagen. Fue, ante todo, un músico brillante en todos los aspectos, un guitarrista poseedor de un talento excepcional que podía haber compartido con nosotros durante mucho más tiempo de no haber sido asesinado por un desalmado.
El chico, desde sus inicios, prometía, y mucho. Basta decir que siendo apenas un adolescente fue vetado en el concurso de guitarristas de Dallas tras ganar el certamen ni más ni menos cinco años consecutivos. Tras una primera etapa tremendamente irregular, su pasaporte al éxito mundial llegó con "Cowboys From Hell" (1990), el primer disco de una nueva era para Pantera.
Por entonces, el cuarteto era joven, pero con las ideas sumamente claras; supieron aprovechar un momento enrarecido para encaramarse hasta lo más alto. Con este legendario trabajo cristalizaba el sonido 'Pantera', en el cual, sin duda, Diamond Darrell, es el máximo responsable. Con su temperamento, curioso por naturaleza, inventó, casi sin saberlo, un nuevo lenguaje con su guitarra. Sus riffs, toscos aunque inteligentes, así como sus expresivos solos, serían pronto reconocidos, especialmente con su siguiente álbum, "Vulgar Display Of Power" (1992). Con él, Pantera alcanzan la cumbre, y Dimebag se convierte de la noche a la mañana en el nuevo ídolo de una gran multitud de guitarristas, en el hombre a batir: por eso, su innovador estilo sería rápidamente imitado. Y eso que él mismo se veía como un guitarrista de la vieja escuela.
Con sus siguientes trabajos, que no alcanzarían la magia de sus dos primeras referencias, Pantera se confirmaban como una de las bandas más importantes que diera nunca el Heavy Metal, por que al fin y al cabo, Pantera eran eso: Heavy Metal. Ellos son para los 90 lo que Black Sabbath significaron en los 70, y a su vez Iron Maiden en los 80.
Pese a una intensa carrera repleta de aventuras y desventuras, Pantera fueron la banda de los 90. Y sin Dimebag 'Diamond' Darrell, hubiera sido imposible. "Cemetery Gates", "Fuckin' Hostile", "By Demons Be Driven", "This Love", "Hollow", "Becoming", "I'm Broken", "Floods", "Hellbound", "Revolution Is My Name",… Para la posteridad quedan auténticos himnos que forman parte de la banda sonora de toda una década.
Después vendría lo que por todos es sabido; la sonada pelea entre Phil Anselmo y los hermanos Darrell, que conduciría a la amarga disolución de Pantera, y al posterior nacimiento de unos menos efectivos Damageplan. La calidad e importancia de esta nueva banda estaba lejos de la buena estrella de Pantera, pero sin embargo, servía para demostrar que los dos hermanos estaban ahí, haciendo lo que mejor sabían hacer.
Eso mismo estaba haciendo Dimebag Darrell segundos antes de recibir los cuatro balazos que segarían su vida: expresarse, ofrecer su cuerpo y su alma sobre el escenario para el disfrute de su entregado público.
Este triste suceso plantea algo mucho más serio y preocupante que la lamentable pérdida del músico; lo que sucedió aquella noche (en la que, casualmente o no, se conmemoraban los 24 años del asesinato de John Lennon) pone de manifiesto lo podrida que puede llegar a estar la sociedad de EEUU. No nos engañemos; Dimebag no fue asesinado por Nathan Gale, sino por todas esas absurdas leyes armamentísticas estadounidenses, leyes de un país que pretende dárselas de civilizado ante el resto del planeta. ¿Acaso puede ser civilizado un país en el que la seguridad equivale a llevar un arma en el bolsillo? ¿Puede ser llamada civilizada una sociedad que cada día más se parece a la que veíamos en los viejos westerns? Basta con tan solo recordar aquella escalofriante imagen que pudimos ver hace unos pocos meses por las noticias: escuelas de algunos estados instruyendo a los niños sobre como utilizar las armas. Increíble pero cierto (y nunca mejor dicho).
Nathan Gale había dado muestras de un carácter tremendamente problemático, de tener serios problemas mentales incluso,… Y sin embargo, era poseedor de una pistola, aquella que se llevaría por delante al músico y a otros tantos inocentes. Pero no se queda aquí la cosa; el asesino entró armado al concierto, sin haber pasado ningún tipo de control de seguridad. Esto recuerda a otro lamentable suceso; en el transcurso de un concierto de Iron Maiden en los EEUU, durante la gira de presentación de "Brave New World", varias personas fueron apuñaladas por un individuo con un cuchillo de dimensiones espectaculares. Afortunadamente, no hubo ninguna víctima, pero quedaba demostrado que se podía acceder armado a un concierto.
Dimebag Darrell tan solo ha sido una victima más de las decenas que cada día mueren en EEUU a causa de unas leyes tremendamente mal hechas. Tan solo otro nombre más que clama desde el Otro Mundo una reforma que detenga los pies a las retrógradas asociaciones armamentísticas de los Estados Unidos.
El 8 de diciembre del 2004 se convertido en una fecha grabada a fuego en la historia del Rock. La tragedia, una vez más, nos priva a todos de disfrutar del arte de una personalidad irrepetible, de un talento de insultante sinceridad de cuyas manos salieron algunos de los mejores momentos de la historia reciente del Rock. Sin embargo, vemos morir el hombre para ver nacer la leyenda.
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