Según mi experiencia, y cansado de los estándares de asiento para músico, (que bajo mi punto de vista y criterios ergonómicos deja bastante como desear…) decidí aplicar mi propio criterio para mejorar la salud de mi espalda.
Por un lado los taburetes de batería para lo que son (un cacho fierro acolchado) tienen un precio un tanto alto, ya que la diferencia entre gamas bajas y altas es poco más que los acabados.
Yo he optado por adquirir este taburete en su versión con topes fijos no con ruedas. El taburete incorpora un pistón a gas (lo que denomináis hidráulico) y como todo depende de la calidad del producto, igual que en las sillas de oficina (las hay de 100€ a 5000€ y no exagero…)
En este caso en particular he de decir que este taburete tiene varias ventajas, por un lado la ventilación de la huevera…, cosa que no viene nada mal
por otro el diseño estudiado en la forma del asiento permite una correcta postura de la columna, manteniendo está totalmente recta (otra cosa es que nosotros nos echemos hacia delante de manera premeditada…) y por último el sistema hidráulico de este taburete en cuestión (modelo binaria) es muy competente y la ventaja ante un sistema fijo es que por ejemplo, cuando estás tocando sin ejerces algún tipo de presión sobre el asiento (levantándote y sentándote levemente) te da una pequeña amortiguación que evita el impacto directo sobre la columna.
Perdón por el rollamen…, solo iba a decir dos cosillas y ya se sabe…
Un detalle muy muy importante a tener en cuenta cuando hablamos de sistemas hidráulicos mediante pistón de gas, es que este ha de tener amortiguación en su posición más baja.
Esto quiere decir que si por nuestra posición dejamos la regulación de la altura del taburete abajo del todo (cosa común) esté tenga una amortiguación entre 2 y 5 cm., pese a que esté abajo del todo; ya que sin esta función puedo deciros que el sillín no vale para prevenir la protección de nuestra espalda.